Narra Asca
Me tenía bajo su hechizo de amor y pasión con sus besos con sabor a caramelo, acariciándome con sus suaves manos, tan fuertes y delicadas como la seda, diciéndome palabras bonitas como que me necesitaba en todos estos años y yo contestándole que yo también lo necesité y que lo extrañaba, hasta que algo me hizo reaccionar, le estaba causando daño a Noemí, lo alejé de inmediato y me estaba por ir hacia la puerta hasta que...
-¿Por qué te vas? No te vallas- me rogaba Tom, con lágrimas en los ojos, como si le hubiera cortado sus ganas de ser feliz
-Debo irme- le contesté- no quiero arruinarle la vida a Noemí estando contigo-
Estaba por marcharme, pero Tom me sujeta por detrás y me lleva hacia él, presionándome entre su pecho y sus brazos, suplicante por algo de amor proveniente de mí
-Te lo pido yo, Asca, mi dulce ángel, quédate, por favor- quedé como en una clase de trance, solo lo miré, sus encantadores ojos miel, esos que suplicaban verme en cada instante y solo podía besarlo...
En unos momentos ya le estaba quitando su remerón, él comenzaba a acariciarme de otra manera, más apasionado y yo podía oler su arma a pasión, amor y seducción. Llegamos a su cuarto, con solo nuestros pantalones y caímos sobre ella tan salvaje mente que pudimos haberla desarmado al pequeño roce...
Comencé a quitarle el pantalón, como una fuerza increíble, jamás pensé que tendría esa necesidad tan desesperada por terminar en la cama con un sujeto y menos con el mismo diablo, ya desnudos, Tom nos cubrió son una sabana blanca y con mucho cuidado y desesperación tomó posesión de mí, su miembro erecto me penetró, un dolor dentro mío junto con el placer hicieron que pegara un gemido y que Tom también reaccionara de la misma forma . El mismo movimiento que hacía amblar la cama, junto con sus besos en mi cuello, boca y senos y yo, apreciándolo de la forma más pura que podía ser en este mundo. No podría describir tal experiencia
-Seamos humanos en estos momentos- eran sus palabras pues no era solo sexo, no era solo penetrar y disfrutar, era amor, del puro, del que no existen ni en los cuentos de hadas, gemidos, placer, el aroma a pasión, eso y más salía de ese cuarto, de esa puerta cerrada, de esa casa.
Luego de dos horas de disfrutar de lo que nuestros cuerpos podían brindarle al otro nos quedamos en la cama, sudados por el tal acto de afecto mutuo que acabábamos de efectuar.
-¿Sabes que siempre te amé? Desde el primer momento en que te vi- había dicho Tom, antes de volver a abrazarme
-Lo sé, igual que yo, pero sabes que debía destruirte- le había contestado
-¿Aún piensas hacerlo?-
-No... porque te amo y siempre te amaré- fueron mis últimas palabras, antes de caer dormida entre sus brazos, era muy bueno para ser real, lo amaba y en serio lo quería, no me importaba que tuviera que matarlo, no lo haría
continuará...(lamento q no haya narrado de tan mala manera, pero es q... con 14 años no haces mucho, no tengo el re vocabulario y la imaginación aun q es mucho, no tiene palabras de descripción que yo posea, gracias x leer)
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