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sábado, 22 de octubre de 2011

Capítulo 22

Narra Tom


Esa misma noche, Noemí rogaba que no me llevara a Asca y que la que debía irse conmigo era ella y no mi dulce ángel

-Vuelves a tocarle un solo pelo a Asca y te juro, Noemí, que te mataré de la peor forma que puedas imaginar- iría por las cosas de Asca más tarde, mi principal prioridad era llevarme a mi tesoro de allí.

Mi niña especial caminaba junto a mí hacia el auto, sin omitir palabras, solo con la vista clavada hacia el suelo pero yo sabía exactamente que pensaba...

-Estarás mejor en mi casa, mi dulce ángel- le dije cuando ya estábamos dentro  de mi vehículo

-A veces creo que empeoré todo, Tom, no soy nada en este mundo salvo algo malo- conduje un buen rato sin responderla, pues esas palabras me aturdían la cabeza, ¿algo malo? Ella fue lo mejor que pudo pasarme en la vida y ella se creía lo peor del mundo...

Tanto me resonaban esas palabras que en el medio del camino, justo en la carretera me hice a un lado y frené

-¿Qué pasa?- preguntó ella y la miré, tan bella y delicada como una flor, acaricié su rostro y ella se estremeció, mi mano estaba helada y el roce con su piel cálida hacía que ella temblara

-Mi ángel, eres lo mejor que pudo haberme pasado y te crees lo peor del mundo?-

-Qué hace un ángel en el mundo humano?- preguntó ella  casi llorando y le respondí

-Entonces ¿Qué hace un demonio en el mundo humano?-   me acerqué y la besé suavemente, ambos estábamos en el mundo humano sin la posibilidad de cambiarlo, solo nos amamos y complicamos todo, o eso pensábamos.

Me aproximé más y la tomé por la espalda, haciendo que ella tuviera que colocarse sobre mi, su vestido blanco me imponía acariciar su cuerpo y ayudé a quitárselo, besaba su cuello y de vez en cuando veía como ella trataba quitarme la camisa, la ayudé, obvio, y solo dejé llevar mis manos a sus piernas, las acaricié suavemente, ella desabrochó mis pantalones y los bajó, le quité la ropa interior y la penetré...
Asca daba pequeños saltos mientras disfrutaba con gozo nuestra unión, traté de no cerrar los ojos pues no quería perderme ni un solo segundo las expresiones de placer de mi bello ángel disfrutando a cada instante de  esos momentos, besé todo su cuerpo, ella arañaba mi espalda y gemía como jamás la había escuchado gritar, me excitaba, me enloquecía, me enamoraba más de ella y de sus gestos, de su forma tan cariñosa y salvaje, era mía y solo mía...

Continuará.... (saludos a  

jacqueline kaulitz)

lunes, 3 de octubre de 2011

Capítulo 21

Narra Tom


Nos encerré a Asca y a mí en su cuarto, era muy sencillo a simple vista, de color blanco con pocos muebles y casi sin lujos, lo básico.

-Tom, déjame sangrar un poco más, ya me muero- decía mi ángel con una voz alegre pero casi imperceptible

-¿Estás loca mi amor? Si te mueres yo me mató, años separados para volver a verte ¿Y que me dejes de nuevo? No, no pasará- debía hacer algo, mis poderes solo sirven para matar y lastimar; de seguro había un botiquín por aquí pero cómo conseguirlo...-Espera aquí amor-

Salí del cuarto y Noemí estaba en un asiento reponiéndose de los golpes pasados, la tomé fuerte del brazo y comencé a zamarrear-la con total salvajismo mientras que la amenazaba que si no me daba algo para curar a Asca de todos los golpes la pagaría caro.

-¿Por qué habría de hacerte caso?-  preguntaba ella de manera desafiante, odio cuando hace esos gestos de desafío. No me quedó otra que usar la fuerza:

Concentré mi vista en ella, comenzó a retorcerse en el suelo, le faltaba el aire y sus músculos se contraían, lo que yo quería

-Porque morirás si no me haces caso- ´seguí con la tortura visual hasta que cedió, la deje´respirar y me trajo un botiquín y unas cazas aparte.

-Esto es todo lo que hay en la casa- me fui de nuevo y me encerré con Asca de nuevo. Trató de resistirse, pero le coloqué las vendas y  detuve el sangrado a tiempo

-No debiste hacer eso- la miré fijo mientras decía eso, acaricié un poco sus cabellos  y me acerqué a ella, me recosté a su lado y le susurré

-Si te pasa algo, yo me muero ángel, por eso te cuido, de tí depende mi vida- la abracé, ella desplegó sus alas y nos cubrió como una manta.

Quedamos dormidos en minutos, de ella dependía mi vida y mi cordura, si ella quería yo mataba, yo dañaba, yo moría si ella me lo pedía...
-Te vendrás a vivir conmigo Asca, esta noche- le susurré por última  vez mientras yo la abrazaba y me aferraba a ella y quedaba totalmente inconsciente...

continuara... (kiss a mi lectora ^^) :p