capítulo 8 (volví) Volverás

Narra Asca


Tan pronto me recuperé de mi resfriado y de volver a tener la confianza de mi padre, me fui a la escuela, para ponerme al día y de paso ver a Tom, no sé en qué quedó lo nuestro.

No quería sentir algo totalmente fingido porque la desconfianza hacia un demonio nunca se va, y menos si es hermoso como Tom.

Cuando llegué al primero que vi fue a Bill, que raro, Tom no lo acompañaba, este encuentro fue en el patio del establecimiento, 15 minutos antes de entrar...

-¡¡Asca!!! Que bueno verte, no sabes, pobre de mi hermano, ayer unos chicos lo agarraron de vuelta, ya sabes que lo quieren muerto, yo no podía ayudarlo y lo dejaron inconsciente, está en mi casa tirado en la cama-   


me quedé muda,  le pregunté a Bill si sabía quienes fueron los responsables y me dijo que si, estaban en último año, los famosos grandotes que nada les intimida y que las chicas mueren por ellos, son realmente estúpidos.

En el recreo fui con Bill a ver quienes eran esos. Allí, en el gimnasio unos 3 tipos totalmente gigantes entrenaban y le hacían señales a las otras chicas ruborizadas por estos gorilas.

Al vernos casi se rieron de nosotros.

-Miren, "la hermanita"  del tonto que golpeamos ayer y su amiguita, oye nena, no te andes con este idiota-

-Oye, cara de retrasado mental, mas te vale no molestar a mis amigos de vuelta, sino, la pasarás feo- se nos acercaron, Bill se hacía el valiente, pero por dentro estaba asustado, yo misma podía oler su miedo (¿no se los dije? puedo oler los distintos sentimientos de la gente, aunque estos grandotes apestaban a odio, muy feo)

-Mocosa insulsa, más te vale arrepentirte- de la furia desmedida que tenía desplegué mis alas de un color negro realmente oscuro y mis plumas de flecha apuntaron hacia ellos.

-No me digas mocosa-  se quedaron pálidos, con los cuellos hacia arriba observando lo que nunca más volverían a ver. Bill quedó maravillado al ver mis alas y dijo

-Ya sé porque Tom andaba tanto contigo- los matones se habían ido, las chicas del espanto se pusieron a llorar.

Me fui corriendo con Bill y luego antes que tocara la campana un presagio vino a mi mente, que llegarían las autoridades escolares a mi casa y que en la mañana nos mudaríamos por mi descuido.

-Bill- le dije- mañana me mudaré-

-¿Cómo? Hace apenas un mes que te mudas, Por qué  te vas?-

-Lo acabo de ver en mi mente, apenas termine esta hora nos vamos directo a tu casa, quiero ver a Tom-

continuará... ( seguiré escribiendo, lo prometí y terminaré)