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viernes, 3 de junio de 2011

Capitulo 5: Curando al Enemigo

Narra Asca


No creía lo que hacía, quería curarlo, necesitaba curarlo, pero no podía allí, en frente de las personas que podrían pasar por allí.

-Vamos a un lugar alejado, donde no puedan vernos- lo llevé cargando apenas,    hasta un arbusto, que era un lugar donde nadie podía vernos

-¿Me darás el dulce beso de la muerte? Oí por ahí que los ángeles pueden hacer eso-

-Quisieras- dije con un tono irónico, solo extendí mis alas, arranqué una pluma blanca y volví a ocultarlas bajo mi piel.

-Eso fue genial, deberías enseñarme tus alas más seguido- dijo él como pudo, ya que casi no tenía fuerzas ni para hablar.

-Ni se te ocurra moverte- le advertí-el más mínimo roce de tu piel con esta pluma y se hará negra, picuda y te matará a penas te toque- se quedó relajado, como pudo, le tomé la cara lentamente y le susurré

-Quédate quieto-

-De seguro cumpliré- comencé a pasar la pluma unos centímetros por encima del cuerpo de Tom, curando sus heridas y limpiando su sangre derramada, tardé pocos minutos en terminar de sanarlo y ayudarlo a ponerlo de pié, el dolor aun seguía presente    

-Gracias Asca, te debo un favor bien grande-

-Ni lo menciones, porque luego debes explicarme porqué te quieren muerto-

-Es una historia complicada, la verdad que no quisiera que la supieras- él tenía la mirada baja y se notaba la tristeza y su desgano al hablar del tema, así que decidí no interrogarlo

-Bien, no te preguntaré, es un tema íntimo, ahora, debo volver a clase-

-¿Hablas en serio?- preguntó él, me di media vuelta y mientras me iba le dije

-¿No ves que me estoy yendo?- me estaba alejando, hasta que Tom me alcanzó y me tomó por el brazo haciendo que lo viera, no me lastimaba, sin embargo a ninguna chica le hubiera gustado que la tomaran por el brazo así y menos con mi temperamento.

-Suéltame- le reclamé, pero este diablo no me soltaba, me jalaba más hacia él.

-¿Y si no quiero soltarte?  Me gusta tenerte cerca- le di un gancho al hígado, no quise hacerlo, pero tenía que volver a clase.

-Eso te pasa por no querer soltarme- y volví a mi aula, por ahora, debía estar fuera de su alcance. no me atraparás Tom

continuará....      

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